sábado, 21 de noviembre de 2009

Aires Navideños


Mientras avanzaba por San José, Costa Rica, no pude dejar de notar, además de las predicciones (Patrocinadas por: Global Warming) de que las temperaturas estarán por debajo de los 16 grados Celsius, el increíble aire navideño que se siente en el ambiente.
Una mezcla de vientos que los meteorólogos y profesores de estudios sociales nos enseñan en sus aulas, un incremento en la cantidad de policías, y lo más importante, el espíritu de la navidad. No uno de los que visito a Ebenezer Scrooge, en el clásico de Charles Dickens, sino uno que conocemos y veremos durante y un poco después de esta fecha.
El fantasma que denomino Consumismo, es uno bien gordito y adinerado, que de vez en cuando sale a pasear. En cumpleaños, días de San Valentin, Navidad (su época favorita) y otras muchas festividades que hemos inventado (como el día de la secretaria). Simplemente es hermoso ver la cara de los niños, embobados en objetos que dos semanas después de adquirirlos, estarán en abandono, si no es que ya están destruidos.
En mi nueva SERIE (osea, programa de televisión que me gusta ver), Glee, una mujer, en su papel de ex-porrista-popular-ahora esposa, dijo: "No tiene nada de malo querer cosas". Su papel le exigía la frase, sin embargo, si, si tiene algo de malo querer cosas que no necesitamos, analízalo por un momento. Se hablará más del tema dentro de algunos días.
Por lo pronto, les doy un consejo de comprador avaro y experimentado: No compren cosas innecesarias en navidad, ojala nunca, más si lo van a hacer, esperan a enero, mes en que todo lo que compraron en navidad por precios que nunca pensaron pagar, están en la misma tienda, solo que ahora cuelga un gran letrero que dice: SALES. Lo que significa que podrán satisfacer su consumismo a un menor precio. Así todos ganan.
No les miento, me regalare (sí, de mí para mí) algo para navidad, sin embargo, en esta época de escasez, compro objetos electrónicos por Amazon y ropa en enero. Simple y hermosamente posmoderno, hay que ser inteligentes y no dejarse llevar por un objeto que 10 días después de adquirido hubiera costado la mitad (por un calculo matemático simple, descubrirán que significa, que con el dinero que compraron X objeto deseado, hubieran podido adquirir 2 del mismo, o uno y comprar otra cosa).
Sean compradores inteligentes y satisfagan su deseo de adquirir. En caso de que no sufran de este mal mental de finales del siglo XX, compren lo necesario y un cariñito no le hace mal a nadie. Un libro, una camisa o inclusive algún alimento especial, algo para que satisfagan ese egocentrismo que a veces dejamos olvidado.


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