Roy Brown desde Puerto Rico, gran canción, poema de Juan Antonio Corretjer. (canción aquí)
Me lo dejé todo
en la lejanía.
Hasta a la poesía
le di con el codo,
viviéndola a modo
de trueno o centella.
La mañana bella
me encontró despierto
y hasta hubiera muerto
¡POR SEGUIR LA ESTRELLA!
En el horizonte
otra vez asoma.
Me voy a la loma.
Me vuelvo a mi monte.
Pues soy el sinsonte
que siempre yo he sido.
Canto al estallido
de un tiro en la palma.
Lo llevo en el alma...
Y AHORA ME DESPIDO.
La flor del destino
la llevo en la oreja
y es flor que no deja
torcer el camino.
Yo soy peregrino
por roca y maleza.
De una sola pieza
me hicieron de ausubo.
La cuchilla subo
CON MUCHA TRISTEZA.
¿Qué será en el mundo
lo que va a pasar?
¿Qué me hace la mar
si en ella me hundo?
Siento en lo más profundo,
como ardiente cirio,
ajeno martirio.
La pluma quemaba
y el libro se acaba.
¡DIOS TE SALVE, LIRIO!
en la lejanía.
Hasta a la poesía
le di con el codo,
viviéndola a modo
de trueno o centella.
La mañana bella
me encontró despierto
y hasta hubiera muerto
¡POR SEGUIR LA ESTRELLA!
En el horizonte
otra vez asoma.
Me voy a la loma.
Me vuelvo a mi monte.
Pues soy el sinsonte
que siempre yo he sido.
Canto al estallido
de un tiro en la palma.
Lo llevo en el alma...
Y AHORA ME DESPIDO.
La flor del destino
la llevo en la oreja
y es flor que no deja
torcer el camino.
Yo soy peregrino
por roca y maleza.
De una sola pieza
me hicieron de ausubo.
La cuchilla subo
CON MUCHA TRISTEZA.
¿Qué será en el mundo
lo que va a pasar?
¿Qué me hace la mar
si en ella me hundo?
Siento en lo más profundo,
como ardiente cirio,
ajeno martirio.
La pluma quemaba
y el libro se acaba.
¡DIOS TE SALVE, LIRIO!
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