No vengo a presentar un poema, lo digo de entrada para no desilusionar, sin embargo si es algo relacionado precisamente con la literatura y poesía norteamericana de los años cincuentas. Para todos los amantes de The Beat Generation este pequeño relato les parecerá fantástico.
Vida de poetas es tomado del libro Creía que mi padre era Dios (Relatos verídicos de la vida americana), antología dirigida por Paul Auster.
Generación Beat |
En 1958, cuando todavía era estudiante en la Universidad de Indiana, empecé a ir a Nueva York en mi coche cada vez que tenía algún día libre o vacaciones. Al igual que hicieran antes que yo una infinidad de otros aspirantes a artistas, me dediqué a «llamar a diferentes puertas». Allen Ginsberg me abrió la de su apartamento de la calle Diez y me dijo que hablaría conmigo si le compraba una hamburguesa. Bajé, compré una y estuvo hablándome durante una hora sin parar sobre Shelley y Maiakovski. Después me dijo que fuese a conocer a Herbert Huncke y que le dijese que iba de su parte. Fui, llamé a su puerta y abrió un hombre pálido y de aspecto amable que me invitó a pasar al salón, donde había varias personas acampadas en silencio alrededor de muebles destartalados.
-Estamos cocinando un poema, tío - de dijo Huncke-. Ven a ver.
Me condujo a la cocina y abrió la puerta del horno. ¡Y allí estaba! Un poema escrito a máquina sobre un folio cuyos bordes se estaban chamuscando, sometido a una temperatura de 350º. Huncke cerró la puerta del horno y regresó al salón arrastrando los pies. Fui detrás de él. Seguían todos en silencio. Después de estar un rato allí sin hacer nada, decidí que no tenía hambre y me marché.
Clayton Eshleman
Ypsilanti, Michigan
Eshleman, C. "Vida de poetas" Creía que mi padre era Dios (relatos verídicos de la vida americana) Ed. Paul Auster. Barcelona: Editorial Anagrama, 2007. Pag 247.
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