Meses después de iniciada la contienda, los gritos en la OEA, la politiquería y las apologías patrióticas, entre muchas otras cosas son el legado del conflicto (fronterizo o militar) entre Costa Rica y la hermana República de Nicaragua. Hoy, ante la Corte Internacional de la Haya, ¿qué esperar? ¿Si se vota a favor de la posición de los ticos y sus vecinos no cumplen, que hacer?
Los capitostes de ambos bandos han lanzado sus cartas, no solo en este conflicto internacional, sino que hay tres acontecimientos importantes que se deben tomar en cuenta a la hora de intentar dilucidar el panorama a futuro. Primero, Nicaragua ha declarado que no aceptará observadores internacionales para la elección presidencial, al mismo tiempo ha sido (su presidente) relacionada palmariamente con el narcotráfico (ojo que no estoy hablando de crimen organizado), y del lado de Costa Rica, se ha finiquitado el juicio sobre Crucitas, diciéndole que no ha la minería de oro en una zona cercana al río San Juan.
Haciendo un análisis sintomático sobre lo que la prensa internacional ha dicho, en relación con los tres puntos de párrafo, tenemos a una Costa Rica ligada a una victoria en el área medioambiental, y Nicaragua relacionada con el narcotráfico y un muy posible fraude electoral (eso nos indica el proemio); esto hace creer con facilidad que Costa Rica, (plus: el país sin ejercito) lleva las de ganar (y de hecho así es).
En la Haya, los señores jueces, años después de creer que se había solucionado el conflicto entre las dos aldeas centroamericanas, por un riachuelo desconocido en el viejo continente, ven como políticos palurdos en traje entero, vuelven a ver de que lado se inclina la balanza, debido a un nuevo conflicto. Me atrevo a presagiar que los cómputos, elucubraciones y otros análisis del derecho internacional, determinarán de forma inconcusa que Costa Rica tiene razón, las tropas nicaragüenses deben abandonar territorio tico, PERO, si Nicaragua (en el futuro) demuestra que se puede hacer el dragado sin un impacto ambiental como el que existe hoy en día, tiene todo el derecho de dragar el río, el cual es de su absoluta soberanía.
Lacónico profetizo: Este juego es electorero, Ortega no va a cejar ni un centímetro de su estúpido (disculpen pero no encuentro otro epíteto más adecuado) argumento hasta que no sea presidente reelecto, ergo ¿qué pasará si la sentencia se da y Daniel Ortega et al no cumplen con la resolución (como parece indicar la presciencia universal)?
La guerra tico-nica
Es drástico y fuerte el subtítulo que aplico, pero creó que en caso de que Ortega no quiera respetar el fallo, Costa Rica debe responder por la única vía que le queda para defender su soberanía.
Muchos costarricenses se sorprenden cuando se habla de la violencia como un método de resolución de conflictos; se repiten variaciones de una frase de Facundo Cabral: “La violencia trae violencia, pero nunca la esperanza”, respeto dichas posiciones empero no las comparto. No afirmo que se deba restaurar el ejército, porque eso no tiene el más mínimo sentido, sin embargo si opino que una intervención de una fuerza militar (extranjera) sobre la isla Calero y cualquier otro territorio ocupado es necesaria. Una vez controlado el sitio, se entregará a las autoridades costarricenses y la Fuerza Pública nacional debe (y puede) mantener el control de la zona. Justificación a tan salvaje uso del redropelo: A diferencia de la apreciación de un hombre como Gerardo Contreras, yo si creo que Costa Rica sufrió una invasión militar. Sea uno, diez o cien hombres, ningún militar extranjero debe estar en territorio nacional sin la autorización previa. Es una violación a la soberanía nacional, punto. No se debe adornar mucho la realidad, a la luz del derecho internacional eso fue lo que ocurrió. Además, otrora (en un contexto muy distinto al que vivimos pero aplica también) cerca de 1856 un presidente en Costa Rica…bla bla bla…Campaña Nacional…William Walker…defensa de la soberanía. No paro aquí mucho porque también parece recalcitrante tener por justificación la historia (dijo Julio Cortazar: En nombre de los otros tiempos se hacen las grandes macanas), además que es miope, no obstante, hay antecedentes, de un país que más allá de cruzar brazos y esperar, forja su destino. Somos Penélope en lugar de ser Odiseo.
Tragicomedia Nacional
Intento esbozar unos pocos puntos sobre lo que considero una tragicomedia en Costa Rica, estas ideas son tan solo el resultado de disquisiciones a la luz de este conflicto:
- Las fronteras de Costa Rica dan pena. El nivel de abandono en que se debían encontrar estos lugares para que las autoridades nicaragüenses sin ninguna rémora pudieran entrar y realizar el daño que se ve hoy, es viva muestra de ello. Ver en los noticieros a los habitantes de las zonas aledañas al lugar del conflicto, alegres de que debido a este se haya realizado mejora en caminos y se vea un interés por parte del gobierno, no hace más que dejar en vergüenza a un país que si se jacta de vivir del turismo, sus fronteras que deberían ser de los sitios más importantes, parecen ser menos que una zona de paso, completamente fuera del mapa de los políticos (en el tiempo de poder, porque claro esta que en campaña si existen).
- El sistema de defensa nacional, no solo a nivel físico sino a nivel jurídico sigue estando en un nivel amateur, iniciando por una cancillería de juguete, con un “ministro de relaciones exteriores” risible y culpable de la situación actual. Es tan triste el asunto, que como bien se ha expresado varias veces en el periódico La Nación, en el acta del día en que René Castro (pseudocanciller tico) rinde cuentas del dragado a la Asamblea Legislativa, él es el que personalmente recomienda que se de el permiso, confiando en la ¿¿¿¡¡¡BUENA FE!!!??? de su homólogo nicaragüense. Si hay alguien culpable en este país de semejante embrollo es René Castro, el cual debería presentar su renuncia apenas termine el caso del río San Juan (debió hacerlo desde el inicio del conflicto, ni siquiera debía llegar a la cancillería, pero a lo hecho pecho, si se retira en este instante solo causara más problemas).
- ¿Pacifico o pacifista? Este ha sido el dilema del pueblo tico, dividido subjetiva y maniqueamente en estos dos grupos, los pacíficos que ruegan por una intervención real, más allá de perder tiempo en burocracias inútiles como la OEA, y por el otro los pacifistas que no creen en que la fuerza resuelva nada. Es una cuestión muy ideológica y que merece análisis, el cual no corresponde en este artículo, en fin, nada más digo que Nicaragua uso la fuerza y hasta ahora ha logrado lo que se propuso.
Conclusión
Es todo un dilema, ¿qué hacer?, ¿como? y ¿cuando? Ojala tanto Laura Chinchilla como Daniel Ortega abran los ojos y tomen la decisión más ad hoc para el beneficio de ambos países y no para sus intereses personales o partidarios.
Abjurar lo dicho, en el caso de Ortega sería doloroso e incluso el inicio de una derrota absoluta en las urnas (aunque el fraude ya se avista), no obstante la retórica siempre ayuda mucho, y el comandante ha demostrado que labia le sobra.
Todo trabaja concomitantemente, con todo lo ocurrido lastimosamente la xenofobia y el odio entre centroamericanos creció, no es una balcanización pero es lamentable, protervo, nefando, etc., saber que los pueblos se siguen peleando por cuestiones tan ajenas a ellos. El Zeitgeist siempre se sale con la suya.
"Un pueblo no representa tanto una acumulación de ideas y teorías como de obsesiones."
Emil Michel Cioran