jueves, 19 de mayo de 2011

El Túnel - Sábato

Este es un libro que llega a leer (de cabo a rabo) la gente que no lee, lo cual ya puede iniciar creando prejuicios, no obstante, es de los buenos libros que popularmente son leídos, al mejor estilo de 100 años de soledad, pero en otro grado. Sin duda alguna, El Túnel se ha convertido en un libro clásico de lectura obligatoria para la juventud latinoamericana.
En tamaño, el libro es relativamente pequeño, no obstante construye un microcosmos sumamente rico para las pocas páginas en que pervive. El secreto yace en que se narra todo en primera persona, desde la perspectiva de Juan Pablo Castel, nuestro protagonista, es un solitario pintor bonaerense que en su misantropía conoce a Maria Iribarne. Esta chica será el otro personaje importante, ya que conoce al pintor en una exposición y por un comentario que realiza, Castel ve en ella la única persona que entiende sus pinturas.
A partir de aquí Castel termina obsesionado con María, la busca por toda la ciudad, la encuentra y comienza una historia de amor, celos, demencia, frustración, paroxismo generalizado y cualquier exacerbación de sentimientos que pueda pensarse. Todo esto finaliza cuando en su locura Juan Pablo Castel ve como única alternativa matar a María.
Recomiendo mucho esta obra, ya sea para disfrutar de algo ameno o para regalarlo a un amigo no lector – joven preferiblemente –. También para los amantes de la literatura existencialista y policial, a los primeros les encantará y a los segundo los llegará a satisfacer.
En todo caso, los dejo con una viva muestra de lo que ofrece el gran maestro Ernesto Sábato, fallecido hace menos de un mes. Entre su gran obra literaria dejó 3 novelas e ingente cantidad de ensayos; esta novela es quizá la más reconocida de todas (no por eso la de mejor calidad). Sin más preámbulo, unos fragmentos de El Túnel:

Yo no decía nada. Hermosos sentimientos y sombrías ideas daban vueltas en mi cabeza, mientras oía su voz, su maravillosa voz. Fui cayendo en una especie de encantamiento. La caída del sol iba encendiendo una fundición gigantesca entre las nubes del poniente. Sentí que ese momento mágico no se volvería a repetir nunca. -Nunca más, nunca más- pensé, mientras empecé a experimentar el vértigo del acantilado y a pensar qué fácil sería arrastrarla al abismo, conmigo.

[...] siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá sea una forma de defensa de la especie humana. La frase “todo tiempo pasado fue mejor” no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que -felizmente- la gente las echa en el olvido.

 
Puedo hablar hasta el cansancio y a gritos delante de una asamblea de cien mil rusos: nadie me entendería. ¿Se dan cuenta de lo que quiero decir?
La experiencia me ha demostrado que lo que a mi me parece claro y evidente, casi nunca lo es para el resto de mis semejantes.

Es curioso, pero vivir consiste en construir futuros recuerdos; ahora mismo, aquí frente al mar, sé que estoy preparando recuerdos minuciosos, que alguna vez me traerán la melancolía y la desesperanza.

[...] en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida.

3 comentarios:

  1. El túnel constituye mi libro favorito, completamente me pierdo y divago en los constantes diálogos internos de Juan Pablo Castel, mi loco favorito. Frank Hooker

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  2. No comparto que piensen que el protagonista del libro estaba demente. Creo qu.e muy pocos entienden el libro.

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  3. No comparto que piensen que el protagonista del libro estaba demente. Creo qu.e muy pocos entienden el libro.

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