sábado, 23 de abril de 2011

Latinoamérica como actor mundial y su papel en el conflicto libio

Este artículo es un sueño, una aproximación a un tema que merece más análisis del que se le brinda en esta primera observación general; las conclusiones del mismo son parciales y deben ser sometidas a un análisis más crítico. Este acercamiento solo pretende vislumbrar algunos aspectos fundamentales a grandes rasgos.
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En la inmediatez de la escritura de este artículo, Gadafi sigue en el poder en Libia y la OTAN es la encargada de evitar que la situación siga en tal estado; la idea es darle el poder a los rebeldes y hacer caer la dictadura genocida (esto en lo últimos días) del general y jefe revolucionario de Libia.
Es importante cuando se escribe sobre geopolítica saber desde donde escribe el autor, de allí que esbozo rápidamente desde donde argüiré todo mi planteamiento.
Primeramente Gadafi debe retirarse de Libia y respetar la opinión de la mayoría de libios en cuanto a su administración gubernativa. Segundo, no estoy de acuerdo con la intervención de la OTAN en el conflicto. Tercero, no puedo más que sentir renuencia por todos aquellos sicofantes como Chávez, que intentan cubrir la barbarie que realiza Gadafi. Por último, la hipocresía mundial ha hecho presencia con traje de gala en este conflicto, como es de costumbre, y si ha de salir una solución pacífica en este conflicto, saldrá del mismo pueblo libio, no de actores externos.

Latinoamérica

¿Cuál ha sido la posición y el papel de los países latinoamericanos frente al conflicto? La famosa izquierda del siglo XXI ha salido a en defensa de la soberanía libia y en el caso de Chávez, en defensa del propio Gadafi. Otros gobiernos más ubicados a la izquierda que a la derecha (Argentina, Uruguay, Paraguay) han rechazado dicha intervención, concomitantemente han hecho saber su desdén por el régimen de Gadafi. Por último, países como Chile, Panamá, Colombia y Perú, han apoyado la intervención. En cuanto al papel en el conflicto, no hay, es nulo, simples espectadores.
¿Cuál debería ser la posición y el papel política y moralmente correcta que debería tomar la región? La pregunta se presta para hacer la observación, según la cual, la moral es una cuestión relativa y entonces el artículo carece de sentido, empero, en este tema particular, la moral parece ser cuestión más práctica que relativa.
No pretendo resumir Las venas abiertas de América Latina, en el cual Costa Rica aparece mencionado dos (acaso tres) veces sin ninguna relación diabólica por parte de los EE.UU., sin embargo parece racional que los países víctimas de la primera neocolonización (espero no sonar de izquierda extrema al usar este término, no es mi intención y disto mucho de seguir estas tendencias ideológicas, no obstante es el concepto que más se presta para expresar la realidad) durante la edad contemporánea, y que todavía viven las consecuencias de tal situación en que se desarrollaron economías enteras, tengan la valía moral de procurar que esta situación indeseable no se repita en ninguna región del mundo.
Dado lo dicho, este ensayo devino en una utopía. Las costas de África austral están siendo devoradas por China y Brasil (el BRIC latinoamericano que se abstuvo a votar en el Consejo de Seguridad de la ONU en cuanto a la invasión a Libia), y este continente se perfila desde hace ya varios años a convertirse en la nueva Latinoamérica. Los latinos, lejos de procurar la repetición de una era que todavía no culmina en el subcontinente, los que pueden (Brasil) aprovechan su nueva posición en el mundo y los demás expresan su opinión al respecto, o conociendo su poca valía en el quórum mundial, guardan silencio.

Conclusiones

La reyerta generalizada en el Magreb demuestra una vez más como América Latina suma cero en el escenario mundial. Esto se debe a su poca (nula) unidad a nivel regional. Lo vive Centroamérica con un fallido PARLACEN, Sur América se proyecta de alguna manera con UNASUR, no obstante son organizaciones que deben decidir pasar a convertirse en otra OEA o ONU (caras burocracias internacionales, sin uso conocido hasta la actualidad, cumplidoras de todo deber menos para el que fueron creadas), o en un tipo de Unión Europea, que otorga voz y voto a una colectividad, que como individuos serían pocos los que podrían hablar (Alemania, UK y tal vez Francia).
Esta no es una cuestión donde valga discutir las intervenciones de EE.UU. a la región, o si el sistema de desarrollo fue el que fallo (mencionar a los tigres asiáticos está de más), simplemente se debería abogar por la eliminación de practicas neocolonialistas en el mundo.
La última conclusión es la necesidad de toda Latinoamérica (partiendo desde la particularidad, no de lo común) de buscar un foro de unidad que le de un papel en el foro mundial; ser parte de las decisiones es una pieza fundamental del progreso no sólo económico, sino también político (¿-militar?) que busca la región.

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