miércoles, 5 de enero de 2011

Un mundo feliz

Edición de Rotativa
            El libro de este mes es la obra magna de Aldous Huxley. Este escritor británico nacido en 1894, fue uno de los tantos humanos descontentadizo por la weltanschauung propio de la época de su edad madura, en la cual el peligro de muerte, la sensación de desasosiego, la idea de que algo se hizo mal, nublaba la mente de manera absoluta.
            Ad hoc, lejos de clisés, en los años conocidos por los expertos de la historia como el Período de entreguerras, Huxley le regala a la humanidad una obra que no merece más que ser encomiada. La forma de crear a los dramatis personae, el descollar de una trama futurista, actúan concomitantemente para darnos Un mundo feliz.
            Propiamente en la obra. Les brindo los nombres de algunos personajes para que se den una idea de la exquisita ironía del libro:
            Ad hoc, lejos de clisés, en los años conocidos por los expertos de la historia como el Período de entreguerras, Huxley le regala a la humanidad una obra que no merece más que ser encomiada. La forma de crear a los dramatis personae, el descollar de una trama futurista, actúan concomitantemente para darnos Un mundo feliz.
            Propiamente en la obra. Les brindo los nombres de algunos personajes para que se den una idea de la exquisita ironía del libro:

            -Bernard Marx                          -Mustafá Mond
            -Lenina Crowne                        -Henry Foster
            -Dr. Wells                                   -El Salvaje (ironía: es de México)

Huelga decir muchas cosas, entre ellas el contesto de la obra. La obra se estructura de la siguiente manera: Una introducción, seguidamente el acontecimiento que moverá le dará sentido a la obra, con presteza el emplazamiento se lleva a cabo, por último, tomando quizá una cuarta o quinta parte del libro, se ofrece el argumento del libro, la reflexión, la manera en que el autor infirma el título de la obra.
Este libro más allá de todo lo dicho anteriormente, se ha impuesto como uno de los mejores libros del siglo XX, uno de los mejores libros escritos en inglés de todos los tiempos y para algunos el mejor libro de ciencia ficción que existe, debido a su sandez, lo cual no quita un contenido fausto, pero simplicidad que permite que de este al alcance de cualquier persona que quiera leerlo.
El argumento del libro es muy variado, pero todo gira alrededor de distintos tópicos: El humano en su soledad, el ostracismo social, el oprobio discursivo del schlemiel, misantropía llevada al máximo, el placer como medio de control, enajenación absoluta, sociedad de consumo extrema y la eliminación de cualquier individuo recalcitrante.
Una de las partes de un tríptico literario completado con 1984 (Orwell) y Fahrenheit 451 (Bradbury), Un mundo feliz es lo que yo llamo, una de las profecías de la posmodernidad, de alguna forma, quizá dialécticamente, estos tres libros narran lo que hoy vemos poco a poco se va volviendo realidad. La sociedad como un Endriago invencible, al cual se cede o se alistan los bártulos; la animosidad nada atemperada que cada vez crece más entre el hombre y un sistema que desea homogenizar a todas sus partes.
Les invito pues a leer esta gran obra – recomendando la edición de la editorial Rotativa, que incluye el prologo de Aldous Huxley después de haber escrito el texto, sin esta nota se pierde mucho, no de la novela como tal sino de la riqueza de la historia humana –, no se arrepentirán, y más bien estoy seguro que llegarán a realizar que nuestro hoy es la prosapia de este tipo de obras literarias. Sin más, les regalo parte de la obra, con la intención de que puedan darse una mejor idea de Un mundo feliz.

  

“Un edificio gris, achaparrado, de sólo treinta y cuatro plantas. Encima de la entrada principal las palabras: Centro de Incubación y Condicionamiento de la Central de Londres, y, en un escudo, la divisa del Estado Mundial: Comunidad, Identidad, Estabilidad.”

***
“Alto y más bien delgado, muy erguido, el director se adentró por la sala. Tenía el mentón largo y saliente, y dientes más bien prominentes, apenas cubiertos, cuando no hablaba, pos sus labios regordetes, de curvas floreadas. ¿Viejo? ¿Joven? ¿Treinta? ¿Cincuenta? ¿Cincuenta y cinco? Hubiese sido difícil decirlo. En todo caso la cuestión no llegaba siquiera a plantarse; en aquel año de estabilidad, el 632 después de Ford, a nadie se le hubiese ocurrido preguntarlo.”
***
“«Los niños Alfas visten de color gris. Trabajan mucha más duramente que nosotros, porque son terriblemente inteligentes. De verdad me alegro muchó de ser Beta, porque no trabajo tanto. Y, además, nosotros somos mucho mejores que los Gammas y los Deltas. Los Gammas son tontos. Todos visten de color verde, y los niños Delta visten todos de caquí. ¡Oh, no, yo no quiero jugar con niños Delta! Y los Epsilones todavía son peores. Son demasiado tontos para…»
El director volvió a cerrar el interruptor. (…)
-Todavía se lo repetirán cuarenta o cincuenta veces antes de que se despierten, y lo mismo en la sesión del jueves, y otra vez el sábado. Ciento veinte veces tres veces por semana, durante treinta meses. Después de lo cual pueden pasar a una lección más adelantada.”

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